Me produce especial satisfacción ver a Button con su barba irregular y poco cuidada, y no es porque se parezca a la mía, subir a un sitio tan elegante y glamouroso (¿alguien me puede explicar qué es glamouroso?) como el podio de Mónaco y me acuerdo las declaraciones (fueron unos directivos o comisarios de la FIA de alto rango los que hablaron del aspecto del francés) del depravado, inepto y chulo Presidente de la FIA sobre uno de los campeones más impresionantes de la historia del automovilismo, Sebastien Loeb, y sus barbas también descuidadas, aspecto desaliñado, etc.
Envalentonado con las ínfulas de grandeza que le produjo, no sólo que le hicieran irse de la presidencia de la FIA, sino que casi lo aclamaran para que siguiera en el cargo, Max Mosley se cree en posesión de la verdad y como cualquier dictador, su sueño seguro que habría sido ser un nuevo Hitler (el desgraciado fascista de él), ordena y manda, quiere tener todo controlado. Pero no. Es imposible. Su impecable estilo, es un bastardo elegante, choca con el desaliño de Loeb y de Button entre otros. Todo en su organización tiene que parecer de oro. Al final, al rascar, queda de oro sí, del que cagó el moro. Espero que se me permita esta gracia xenófoba y por la que igual acabo en la cárcel.
No tuvo reparos en cargar contra Loeb por su aspecto. Incluso en el colmo de su onanismo dirigente intentó sacar una regla que obligara a ir conforme a unas normas en lo que a presencia se refiere. ¡¡En pleno Siglo XXI!! lo pretendió el bananero de él.
Me le imagino encabronado viendo como Button levanta el trofeo al lado del Príncipe Alberto y no puedo por menos que sentirme reflejado. Cuando Loeb sigue con su aspecto, que es suyo y de nadie más, y le sigue desafiando me veo reflejado.
Es una buena manera de tocarle las pelotas a este nefasto individuo que nos está enterrando nuestro deporte. Cuando hideputa a quitar de la circulación. ¡Cuanto! Así se ríe uno de los dictadores, bananeros y demás calaña asquerosa del mundo.
P.D. Recomiendo al respecto la editorial de Manuel Vega y la columna de Jacobo Vega en Grand Prix Actual. Grandes.