Es increible la influencia que puede tener para el futuro de la F1 Takuma Sato. Por activa o por pasiva. Si está, que todo apunta que no, en la parrilla o no.
Cuando Honda decidió que no había hueco en su equipo titular para Takuma le creó un equipo satélite, Super Aguri, debido a las quejas que hubo en Japón. Tales cotas de popularidad no se veían en el país nipón desde los tiempos de Senna. Y es que Sato tiene mucho de gladiador, de piloto que nunca se rinde. ¿Talento? ¿A quién le importa el talento?
Ni la presencia de tres equipos japoneses podía rivalizar con la popularidad del piloto.
Su presencia ha sido clave para mantener el interés por la máxima categoría allí. Para que Fuji TV haya renovado sus contratos con Bernie Ecclestone y para que dos circuitos se disputen el GP japonés.
SORPRESA
Por todo esto sorprende el fichaje de Bourdais por Toro Rosso. Red Bull ha sido liberada hace poco de ser vendida exclusívamente en las farmacias en Japón. La marca está en plena expansión en Asia como mercado alternativo. Toda su clientela europea ha crecido y ya no es tan consumidora como lo era del producto. Además están las campañas contra la bebida por su supuesta perniciosidad. Prohibida en Francia y Dinamarca y con algún otro país que podría tomar medidas restrictivas.
Cuando empezó a especularse el año pasado de la posibilidad de que Sato aterrizase en Toro Rosso llevando, además, los motores Honda con él, las ventas de la bebida energética se dispararon en las islas niponas. Algo que no ha debido de pasar desapercibido para los directivos de la marca.
Sin embargo, a raiz de anunciarse el fichaje de Bourdais el efecto ha sido el contrario y además aumentado. Las ventas han caído en picado.
Es de agradecer que un equipo tome las decisiones desde un punto de vista deportivo y no comercial. Pero sorprende que, primero Bernie y luego el propio Mateschitz, no hayan tenido en cuenta esas variables tan importantes al fin y al cabo para todos.
En Japón interesa, por este orden, Sato, Honda, Super Aguri y Toyota. Si a estas alturas sólo queda Toyota, y veremos hasta cuando, la situación se queda muy depauperada.
Expertos recuerdan que el GP de Japón pasó momentos críticos desde la muerte de Senna hasta la irrupción de Honda. Ahora podría pasar lo mismo con el agravante de la situación económica mundial. No sería extraño que Fuji TV no quiera saber nada de la F1 o al menos no quiera pagar las cifras astronómicas que pagan las televisones. Y lo mismo puede pasar con los circuitos que no sería raro que se negaran a pagar el fijo a Bernie por carrera con el riesgo de tener las gradas vacías.
Curioso que un piloto como Takuma Sato tenga la llave del mercado de la F1 en Japón. Y más curioso todavía que nadie lo hay visto o haya querido verlo.