TETRA
Sebastian Vettel se proclamó, como era más que previsible, campeón del mundo por cuarta vez, y además consecutivamente, en Budd. Poco más queda que quitarse el sombrero ante la precocidad y dominio de este casi todavía chaval.
Sobre su carrera, ¡qué decir! Dos vueltas, casi tres segundos de ventaja y a parar en boxes. Una seguridad insultante en las posibilidades de su monoplaza, y la suya, y a rodar con pista libre volando bajo. Dejando ver, aunque quizá pasando un poco desapercibido al rodar detrás, la superioridad de su RB9. Una carrera sin ningún fallo y ganando más que sobrado. Una exhibición en toda regla.
Exhibición que además no tuvo quién la incomodara. La rotura del alternador, parece que fue cambio pero bueno, de Webber le dejó el camino expedito. Y sus rivales o no estuvieron o no tuvieron opción de estar.
PIRELLI
Sí, hay que volver a hablar de la desverguenza de Pirelli. De su manipulación de la competición. De los juegos de gomas distintos entre sí. De la recomendación a los equipos para no usar caídas muy críticas o imponiendo inflados. Evitando así que cada escuadra pueda sacar el jugo de la mejor manera posible. O incluso, en el colmo de la desverguenza, la chapuza y el desahogo, recomendar no pasar de un número de vueltas. Y todo en aras de la prostituida seguridad. Seguridad usada para una barra libre de golferías con las que, ojo, todos han tragado.
FERRARI
Viniendo de hablar de Pirelli y tener que hablar de Ferrari lleva casi a la combustión espontanea. Lo de la táctica usada puede que funcionara. Pero no sé si compensaba el riesgo de salir tan atrás. Visto lo visto no. El problema es que parece que lo que dice De la Rosa va a misa. Y no hay que recordar lo que hacía en Sauber y que le terminó costando el puesto.
Sí, si no se hubiera tocado con Webber habría estado con él optando al podio. Y se podría haber mantenido a Mercedes a raya.
Luego está ese bulto sospechoso que es Domenicali. Ese que es el primero que llega a Maranello y enciende las luces y es el último que se marcha y las apaga. Un caro bedel o portero que no aporta nada y encima no vale ni para bombero. Porque no sabe distinguir entre una manguera de agua y una de gasolina. La inutilidad y el patetismo en un solo cuerpo.
Y mientras Alonso ve como sus mejores años de carrera y pilotaje se le escapan entre los dedos porque en su equipo no han sido capaces de ver el monoplaza necesario para esta reglamentación. Es un todo, no piezas a ensamblar. En eso Newey es imbatible y lo ha vuelto a demostrar. Y la influencia de Red Bull también.
Y mientras Vettel sube un escalón en el Olimpo para hacer compañía a Prost e igualar a Fangio y Schumacher en títulos conseguidos consecutivamente.
Sin duda la imagen de la jornada, aparte de los donuts que los otros desahogados y sinverguenzas de los comisarios tuvieron a bien sancionar con un pastizal(hay que pagar vicios), fue cuando el alemán se bajó del coche.
Vettel se fue a la parte delantera de su monoplaza y le hizo reverencias. Una imagen preciosa, justa y emotiva. Como rezaban una pancarta en el Mundial de Estados Unidos cuando Brasil ganó su cuarto entorchado: ‘Senna, o tetra e nosso’ No sé en quién pensó Vettel. Da igual. Esa reverencia es antológica. Eso sí, no habría estado de más un beso a esas gomas Pirelli que tanto le han ayudado a conseguirlo. El tetra.
Tags: Domenicali, Ferrari, Pirelli, rb9, Red Bull, reverencia, tactica, tetra, vettel
Lo de las Pirelli maniobra sibilina como todas las que vienen de la perfida albion.
No he visto por ningun sitio algo parecido a aquello de “Sebastian crees que has ganado un titulo sucio?”
Es evidente que RB es experta en marketing, que es lo que mejor conocen para poder vender sus latas.
Han manejado maravillosamente el chafullo del cambio de las pirelli.
Bramó su jefe Don Dietrich despues de Montmelo y todo el mundo obedeció.
Pero lo mejor de todo es que no ha existido campaña alguna en su contra.
Todo es idilico, vamos, marketing puro.