Otra más. Otro golpazo en todo el hocico que se ha llevado Ron Dennis, McLaren (que pena de histórico nombre), y ese invitado de piedra, lamentable, patético, que es Mercedes.
Intentaron morir matando en verano denunciando a Renault alegando que les había espiado al hilo de su comparecencia por el lío Stepney-Coughlan.
La verdad es que a diferencia de los piratas británicos, Renault puso en conocimiento de la FIA y de la propia McLaren lo que un ex-empleado del conjunto británico se había llevado de Woking. Debe ser que trabajar al lado de Dennis imprime cierto carácter filibustero.
McLaren no denunció nada en su momento ni a la FIA ni a Ferrari, diferencia esencial y clave en el fallo del tribunal.
Entre bomberos no deberían pisarse la manguera pero Dennis, que ha quedado para ‘bombero torero’, quiso meterle un gol a Briatore y puso en tela de juicio que en Renult no se hubieran aprovechado de la información en cualquier caso.
Como ha fallado el tribunal, Renault no ha hecho caso de esa información. Sí son culpables de tener en su poder esa información en su momento pero no se les castiga por haber seguido todos los pasos correctamente. Denunciar y poner a disposición del máximo organismo y de McLaren en este caso toda la información descubierta.
Esto parece que deja la puerta abierta de par en par a Alonso en Renault donde regresará de una manera inminente.
Y a McLaren le queda hoy la vista sobre las posibles partes de Ferrari encontradas en su monoplaza para 2008. Todavía le puede caer la guinda al enorme pastel de mierda que han elaborado durante toda la temporada. La estrellita de Mercedes coronando el mismo sería el toque final digno de cualquier chef de campanillas.
