Acaba de decir adios el sinverguenza de Boquiqui, el individuo que ha manchado con sus deposiciones el sillón presidencial del Real Madrid. En una despedida pastelera, asquerosa, vomitiva , llena de mentiras y juramentos en falso, se ha ido. El problema es que se tenía que haber ido toda la Junta Directiva con él. Espero que no se repita el episodio de Fernando Martin. El caso es que al final se ha ido el más caradura y nefasto de los presidentes del madrí. Y por cierto. Si sus hijos están en el ojo del huracán es por sus actos, no por un supuesto ataque a su padre.
Uno menos.
Antes, otro mentiroso compulsivo, altanero, soberbio, corsario de su Graciosa majestad también ha anunciado que se va. Ron Dennis, el pirata mayor del reino lo deja. Eso después de haberlo negado veheméntemente hace unos días. Tras la marcha de Jean Todt, que Ron Dennis lo deje es otra gran y beneficiosa higiene para el paddock de la F1. Dos menos.
El tercero es ese analfabeto funcional que ha pasado por ser el Presidente más indecente, inepto, manejable y bastardo de la historia de los Estados Unidos. Su discurso anoche se me ha reproducido viendo el de Boquiqui, Ramón Calderón, por lo que los mismos epítetos son aplicables a Busch. Presidente con el que bajo su mandato se han alcanzado los límites más grandes de todas las bajezas humanas. Tres menos. Tres sinverguenzas menos.