Tras mucho buscar las declaraciones de Nelsinho Piquet, buscando certificar algunos titulares ‘peligrosos’, queda claro que el ‘fillo de’ Nelson se ha retratado a sí mismo como un mediocre. Sin discutir sus habilidades, que las tiene, y dando por sentado que el simple hecho de estar en la F1 le confiere cierto nivel, no es menos cierto que es un actor menor que no ha aportado a la F1 nada. Si acaso, entre otros logros como el piloto con más abandonos por accidente el año pasado, tiene el dudoso honor de haber engordado el curriculum de Fernando Alonso ayudando al asturiano a cerrar el año pasado con un 18-0 en calificación demoledor.
PRETEMPORADA
Ya en la pretemporada empezó a piarlas sobre el poco tiempo que tenía con el coche nuevo y las jornadas que el equipo había decidido quitarle de su programación para que Alonso siguiera poniendo a punto el R29.
Ya quedó claro el año pasado, y Briatore fue claro, que debía aumentar su ritmo ésta temporada. Para exigir primero hay que demostrar, algo que el brasileño todavía no ha hecho. Su aportación a la mejora del R28 fue nula y el equipo tiene claro donde está la posibilidad de desarrollo de sus monoplazas. Cierto es que su inexperiencia el año pasado le pasó factura en ese aspecto, pero su actitud fue cláramente denunciada por Renault.
Esta temporada el coche era muy distinto de inicio pero su aportación técnica fue nula en sus primeras jornadas. Obviando, además, su poca predisposición a trabajar con los ingenieros o su incapacidad para aportar algo positivo en el estudio del comportamiento del monoplaza en las reuniones posteriores.
DESMOTIVADO
Aun dándole el beneficio de la duda sobre la locura de sus frenos en Australia, no fue Malasia tampoco un GP a recordar en su carrera.
Es más, tras volverse a quedar eliminado en la calificación malaya declaró estar loco porque el fin de semana terminara.
Da pena que el ‘fillo de’, al que la vida ha dado todo, sobre todo gracias a los éxitos de su padre, demuestre no tener el más mínimo espíritu combativo. Espíritu al que su padre hizo los mayores honores no rindiendose nunca y sabiendo esperar sus oportunidades.
Echar la culpa al empedrado y a la suerte es lo fácil y parece un burdo intento de estar en primera plana más por lo que dices que por lo que haces.
Lo primero es ser competente. Algo que Nelsinho, no se ha ganado que le llamen Nelson, no es ni por asomo. Sorprende mucho que se queje de la suerte cuando es gracias a ésta por la que le cayó del cielo un podio en Alemania el año pasado.
Que esté esperando que Alonso se vaya a Ferrari para poder demostrar algo. La verdad es que no sé qué va a demostar. Es un sintoma de debilidad y de niñato acomodado que lo tiene todo y que va de sobrado.
Desde Senna no ha vuelto a haber un piloto brasileño en la F1 medianamente competente. Ha sido un compendio de pilotos mediocres entre los que destaca Nelsinho. Chavalín que lo ha tenido todo, al que se le han abierto puertas por ser ‘fillo de’ y que ha demostrado no tener la más mínima ambición. Por no tener no tiene ni la mitad de la lengua afilada que tiene su padre. Ni en eso se le parece. Qué pena Nelson, pero te ha salido rana.
