Vuelta 20 en China. Alonso tiene una ventaja suficiente y comunica sus temores sobre su rueda delantera izquierda. Sus juicios suelen ser acertados pero la última decisión es del equipo. Ante la ventaja, y sabiendo que no era lo más adecuado cambiar los neumáticos delanteros, se cambian. Movimiento defensivo que unido al posterior error, sospechoso si queremos, del mecánico de la misma rueda que en Hungría cuesta una carrera ganada.
Sí que se jugó al ataque con Fisichella, aunque el italiano fuera incapaz de mantener a raya a Schumacher. Pero para Renault la jugada fue perfecta. Vuelven a ser líderes del campeonato y tienen muchas posibilidades de lograrlo viendo la falta de madurez de Massa. No parece un piloto mínimamente digno para Ferrari. Claro que tampoco Fisichella lo parece para Renault. ¿O sí? Viendo los errores cometidos, empiezan a parecer un equipo venido a más, a costa de mucho esfuerzo y un piloto excepcional, que al final cae víctima de su propio potencial. Alonso debe dar gracias a Renault, pero el piloto que ha sido capaz de sacar la quinta esencia de ese coche ha sido el español. Miedo da la caída de Renault la próxima temporada con un mediocre como Fisichella y un debutante como Kovalainen. No sería de extrañar que el finlandés termine de enterrar al sobre valorado romano. En Japón hay que atacar.