Cuatro de marzo de 2001. Si no recuerdo mal eran las cuatro y tres minutos de la mañana cuando el semáforo del GP de Australia se apagó dando la salida al primer GP de aquella temporada. En la posición impar de la penúltima fila se atisbaba a un negro Minardi con un casco en el que destacaban unos destellos rojos y azules.
Aquel Minardi con el número 21 lo pilotaba Fernando Alonso sin apenas haber rodado en él. Eso no fue óbice para destrozar a su compañero de equipo, cierto es que sin mucho nivel, y para sacarle los colores en carrera a un tal Jenson Button y un tal Giancarlo Fisichella a bordo de los Benetton. Terminó en 12ª plaza y marcó la 16ª vuelta rápida en carrera.
Como contamos en el especial de Grand Prix. Allí le comentó a Adrián Campos que en la F1 le iba a ser muy difícil ser el ‘Jefe’. Cuando logró el título en 2005 esa fue la portada. ‘Ya es el Jefe’.
No se me olvida la conversación aquella mañana con un amigo de toda la vida que, por edad, ha sido capaz de ver más carreras que yo, al respecto de lo que había hecho Fernando y de lo que conocíamos de él hasta ese momento. “Este chico sólo necesita un coche que ande un poquito. Sólo con eso es suficiente”. Cuanta razón tenía.
Después la posibilidad de ver su maestría en directo. Aunque para eso os dejo el post de David Plaza.
Me cuentan que por Jerez empiezan a estar preocupados porque el ‘Ornitorrinco’ está muy cerca de los mejores. Y eso para el ‘Jefe’, es más que suficiente.