Recuerdo lo que hubo que escuchar en Qatar en la primera carrera de este año. Tanto entendido en motos que no cayó en la cuenta de que la temperatura iba a menos, se corrió de noche, por lo que el rendimiento de las gomas no era significativo. Aun así le crucificaron y se apresuraron a enterrarle y a adorar a su nuevo elegido. ¡Animalitos!
Y por fin China. Con sus coladas, si no no sería Valentino, con el control a Dani Pedrosa, enorme Dani midiendo y controlando desde su atalaya de líder del Mundial, y dando un hachazo al final irresistible. Como lo que es, el mejor.
Ha demostrado que no fue un capricho de niño pequeño. Que Stoner no le dio un baño, más bien la Ducati destrozó a la concurrencia, ¿donde está Stoner ahora? Y ha demostrado que, no sólo no era una excusa, sino que fue una elección correcta. A algunos se les ha debido de apretar el esfínter, y mucho.
Il Dottore ha vuelto. Dani le espera. Lorenzo sigue sin respetar la categoría y se ha hecho pupita. Por cierto, rozando lo vomitivo las veces que nos han recordado que se ha infiltrado, que le dolía mucho, patatín, patatán.
Da verdadero asquito ver como alguno de los mamporreros de Jorge en que se han convertido algunos de los comentaristas intentan vendernos las bondades del todavía mediocre piloto. Muchos pilotos corren infiltrados, muchos sufren dolores, muchos se recuperan en tiempo record. Pero no se llaman como el nuevo bufón.
Pero no me quiero calentar. Hoy ha vuelto el más grande, ‘Il Dottore’, y otro que va para grande, Pedrosa. Dani le ha aguantado hasta donde ha podido. Ha sido una carrera intensa, de poder a poder. Hoy ha podido Rossi.
Y estaba acabado, ¡ja! Panda de bocacabras.