DEVASTACIÓN
Ahora que se recuerda el suceso de Tunguska de hace 70 años, la mejor palabra que define la carrera de ayer realizada por Hamilton es la de devastación.
La explosión, como en Siberia, llegó en su primer relevo. Abriendo una ventaja suficientemente cómoda. Después absorbió el aire a su alrededor creando un silencio opresor.
Cuando Glock se fue contra el muro y McLaren, en un error demencial en un equipo de este nivel, no estuvo a la altura, llegaron los efectos de la explosión.
Fue remontando, con alfombra roja sí, y derribando los árboles a su alrededor. Una devastación terrible, tanto física, gracias al pepino que lleva y sus manos, como mental. Porque Kovalainen está rendido a sus pies, como debe ser dada la situación en el campeonato, Massa no se ve capaz de hacerle frente y le deja pasar, ¡si Villeneuve levantara la cabeza!, y Piquet estaba en otra guerra e incluso se salió de pista para dejarle pasar, quizá sus habituales flirteos con las últimas posiciones le llevaron a comportarse como un doblado. Sí, no era su guerra en cualquier caso. Así, Lewis ‘Tunguska’ Hamilton devastó al resto de rivales y firmó otra actuación antológica a pesar de su equipo.
Todas las cosas tienen su castigo y en McLaren vieron como Heidfeld les ganaba la plaza de Kovalainen cuando este no siguió a un fuerte ritmo para dejar pasar a Hamilton. Daño asumible en cualquier caso, desde luego. Pero harían bien en controlar los desmanes pasteleros de su estrella. Eso de dar las gracias a Kovalainen por darse cuenta de que él tenía más velocidad y dejarle pasar puede acarrear consecuencias muy desagradables. Ya sabemos que para la FIA, las órdenes de equipo están prohibidas. Eso que ya hemos asistido a más de un paripé vomitivo en lo que llevamos de temporada. No es raro que el máximo organismo, más preocupado en las meretrices, putas para quien no entienda, dicte normas y luego se olvide de ellas.
Sobre Ferrari no me puedo extender mucho, ya colgaré la columna de Grand Prix, pero está claro que han perdido el norte y eso en la ‘Scuderia’ hoy en día puede hacer que se presenten fantasmas del pasado y que empiecen a rodar cabezas.
Y sobre Alonso. Poco más se puede decir. El coche ha mejorado pero el resto también. Y lleno es muy difícil de pilotar. Bastante está haciendo Fernando. Ahora vendrán los malhadados a comparar con Piquet. Dejémosles que viertan las frustraciones e impotencias de su vida sobre Alonso y que disfruten mientras puedan. Es lo que tienen los mediocres y amargados. Y hay tantos por el mundo… Lo demás es buscarle tres pies al gato. Os emplazo en Grand Prix a mi columna ‘Ni, ni, ni’ y creo que os quedará más claro.