No se si es asombro, indignación, incredulidad, no lo se. Debe ser algo de mala suerte que casi siempre esté Michael Schumacher por medio de los incidentes.
La maniobra con Doornbos es reprobable. Sí, durante un fin de semana hay varias de estas y nunca pasa nada. Ésta semana le ha tocado a Fernando. Él ha venido a decir que no ha sido nada especial e incluso el propio Doornbos se mostró extrañado por la penalización. Luego está lo de la bandera amarilla que es mucho más extraño aun.
Una vez pasado, que no superado, éste incidente y la más que discutible decisión de los comisarios llegaba Michael Schumacher a arreglar las cosas. El alemán tenía a bien, como cualquier dominguero quemado en una caravana, en adelantar a la cola de coches – en este caso Kubica y Alonso- con bandera roja. Vamos, peligro extremo. Prohibición absoluta de adelantar y obligación de reducir la velocidad el máximo posible.
Creo que la FIA favorece a Ferrari desde hace mucho tiempo. Cada cual puede pensar lo que quiera, todo es muy respetable. Lo que ha hecho Michael Schumacher es para descalificarlo del fin de semana completo.
La salomónica decisión es mala por eso. Como la del sábado. Si la actitud de Alonso fue peligrosa bla bla bla, lo lógico es que le hubieran mandado al fondo de la parrilla. Pero no, no sea que nos carguemos el campeonato. Por las mismas, Schumacher tenía que haberse ido a casa con una amenaza de suspensión mayor si reincide.
Los comisarios han pecado de falta de criterio y de falta de bemoles.
Alonso ha pecado de sangre caliente porque debía haber evitado el incidente.
M.Schumacher ha vuelto a pecar de soberbia. “¿Quién yo haciendo cola en una caravana?, vamos hombre, con siete títulos hago lo que me da la gana. Y os recuerdo que no veo las banderas”, debe ser daltónico.