Acojonante, sencillamente acojonante.
Resulta que por que un bastardo mal nacido se pone a hacer una huelga de hambre, y se pone enfermito claro, hay que mandarlo a su casa.
Lo que está haciendo el perro sanguinario éste es convertirse en un mártir. Una estrategia calculada al milímetro que coincide con un momento muy delicado de este país.
Seguramente sea peligroso dejarle que muera en la cárcel, de la que no debe salir en su vida. Pero más peligroso es que se muera en su casa para la salud de lo que queda de esta nación.
¿Qué pasaría si todos los presos se declararan en huelga de hambre? ¿Los mandaríamos a todos a casa con su escolta vigilada?
Indudablemente es claro que el asesino despreciable éste debe ser protegido de su propia locura. Si la ley lo permite, que se le administre alimento le guste o no. Y si no, pues que se muera. Es su decisión. La misma que tomó en su día para matar a Guardias Civiles, policías y niños.
¿Qué se convierte en un mártir? pues otro más. Lo que habrá que hacer es tener la mano firme con los que le idolatren.
Ya han dejado claro que les importa un comino la paz. Como ya he dicho otras veces. Son una banda de mafiosos a los que se les quita su medio de vida. La extorsión, el asesinato. A ellos no les interesa la paz. Lamentablemente, la mano dura es más que necesaria. Cuando estos payasotes, aprendices de asesinos, que queman cajeros y autobuses empiecen a entrar en la cárcel como terroristas, igual empiezan los demás a pensárselo.Y a la justicia habrá que respetarla, pero sólo cuando haga méritos para ser respetada. Y si la decisión final es mandar a este asesino a su casa, poco respeto se va a ganar.
