Pobrecitos fotógrafos. Resulta que Leonardo di Caprio ha llegado una hora tarde al acto de presentación de su nueva película. Me da igual si el retraso ha sido por la nieve, fruto de las obras del “faraón”, o porque es un malqueda. Él o sus representantes.
Los pobrecitos habían amenazado con irse. “Vámonos”, “¡qué vergüenza!”, sí, indignante.
Cuando Leonardo entraba en la sala, y no sólo Leonardo, los pobrecitos gritaban, “no pictures, no pictures”, “sinvergüenza”.
Estos pobrecitos son, en su mayoría, los que le perseguirán por todo Madrid para ver qué hace, con quien va, a quien besa o a quien se tira. Sí, al mismo que han vilipendiado y al que luego han hecho mil fotos. A pesar de los improperios le estarán ahora perseguiendo no dejándole disfrutar de una ciudad de la que tan mal ejemplo han dado los pobrecitos.
Probablemente en esa hora que han perdido no han podido seguir a sus víctimas habituales y por eso estaban tan enervados. Lo dicho, ¡pobrecitos!
¡Qué asco! La diginidad se demuestra no se protesta. Si realmente es tan malo lo que ha pasado y están tan dolidos es fácil. Se coge la puerta y a otra cosa mariposa, digo pobrecito.