La elección de Michel Platini como Presidente de la UEFA puede tener unos efectos cismáticos en el fútbol europeo. Apoyado por las Federaciones más pequeñas tendrá que devolverlas el “favor”.
Tiene buenas ideas como poner jueces de área y usar las asistencias técnicas en mayor medida. Otra cosa será como reglamentarlas.
Habrá que ver como funciona una Eurocopa de 24 equipos. Parece excesivo vistas las diferencias de nivel en el viejo continente. Pero ese será parte del peaje a pagar a los países menores.
Otra es la reducción de equipos en la Liga de Campeones procedentes de las ligas más potentes. La idea no es mala, pero en la dinámica que ha entrado el fútbol europeo es echar gasolina a un fuego que estaba más que controlado.
El G-14, del que se muestra disgustado, va a tener mucho trabajo en los tiempos venideros.
La reducción de equipos le afecta directamente. El acercamiento a la FIFA le quitará independencia a la UEFA. En un futuro muy corto, quizá para la temporada 2008-09, podrían limitarse las ligas europeas a 18 o 16 equipos como máximo. Siendo una buena medida, su imposición causará graves problemas y fricciones.
Y ese acercamiento al máximo organismo tendrá efectos perniciosos en cuanto a la cesión de jugadores a las selecciones nacionales.
Que no se olviden la FIFA y la UEFA, que su circo de selecciones se mantiene gracias a los equipos. Están condenados a entenderse pero quien menos tiene que perder son los equipos. El viejo continente sigue siendo la cuna del fútbol y el centro del mismo. Si tocan las narices y los equipos no ceden a sus jugadores, no hay selecciones.
Platini tiene muchas patatas calientes. Tiene que enfrentarse a los poderosos que están bien organizados. Si les toca las narices podría llegarse al cisma y a la creación de la famosa Liga Europea a espaldas de UEFA y de las ligas nacionales.
Y a nadie le importará que no esté el Rijeka, el Trabzonspor o el Torpedo de Moscú.
La liga profesional de fútbol europeo puede haber dado un paso más sin darse cuenta.