Se está alimentando una nueva polémica alrededor del Real Madrid. Ahora a cuenta de que si el Bernabeu anima o no anima. Como hay mucho jovencito que no tiene ni idea de qué es su equipo, su historia y su estadio, o eso parece, no estará de más hacer unos apuntes.
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Ramón Calderón, más conocido por Boquiqui I, no ha podido evitar el muy impresentable volver a hablar. Esa fijación por los micrófonos, fruto imagino de alguna frustración infantil con el chupa-chups, nos vuelve a dejar a los madridistas a los pies de los caballos económicos. Que si Ronaldo, Cristiano, por aquí, que si Kaka por allá. Hay que tener la cara muy dura para volver a hablar de Kaka cuando era una de sus múltiples promesas electorales incumplidas.
Pero viendo el nivel de borregueo de la masa social madridista no me extrañan las actitudes bananeriles de éste individuo que pasará a la historia como el peor presidente que haya tenido nuestra gloriosa entidad.
Digo borreguil porque un estadio que se no dice ni pío ante el cambio del himno. Les recuerdo a todos los socios como aplaudía el campo en cuanto Plácido Domingo terminaba de cantar. Y ahora no pasa nada, nadie se acuerda. Están la mayoría de los socios sedados, callados, ¿amordazados?
Obviamente la entidad está por encima de estos aprovechados. Pero que no haya habido un motín de proporciones planetarias en el Bernabeu para echar a estos ineptos, me parece muy lamentable y da el nivel que tenemos de socios en los últimos tiempos.
Como dice un buen amigo mío, con ese apellido no se puede ser Presidente del Real Madrid.
A todos los socios: Sigan ustedes con castillos en el aire, Ronaldo, Kaka y cacas, que es lo que ha traído en su mayor parte, Cannavaro, Emerson, y que aquí no pase nada. Mientras sigan engañados con que vamos a ganar la liga y la Copa de Europa y el Trofeo Jesús Gil, insigne maestro de Calderón. Y cuando volvamos a no ganar nada entonces se darán cuenta del problema que tenemos encima.
Cuestión de respeto dice el ínclito sobre si se habla de Schuster, Mourinho o Maguregui. Sr. Presidente, y mejor cumplido que llamarle señor no le voy a decir, tenga usted respeto por todos y deje de hablar primero y luego, DIMITA. So bocazas.
Bronca ayer en el Bernabeu. No jugamos a nada, nos ganan los equipos carne de segunda división sin que pasen apuros. No hay alternativas al juego porque no hay jugadores que las puedan aportar, y si los hay no son convocados o han sido defenestrados en una operación limpieza sin sentido en mitad de temporada.
Tres culpables claros en ésta situación. El primero “Boquiqui I” ‘El incontinente verbal’. Presidente sin parangón en la historia del fútbol con un don de la ubicuidad y para aferrarse a cualquier micro, grabadora o similar artefacto de grabación, que deja a Lorenzo Sanz o Jesús Gil a la altura del betún. Presidente que tuvo que echar a su hermano como abogado del club porque ya era escandaloso el pasteleo. Por cierto, mismo patrón que el que siguen los dictadores bananeros, y los que no lo son tanto. Presidente que usó sus influencias para ponerle un piso de protección oficial a cada uno de sus hijos siendo estos en su mayoría menores de edad. Presidente bananero como decía que ha tomado el pelo a los socios, los que no se quieran dar por aludidos están en su derecho, y se ha gastado 100 millones de euros en fichajes. Pagando a diestro y siniestro. Ya sabremos si se ha embolsado parte de las comisiones, algo que no me extrañaría nada.
Segundo, Pedía Mijatovic. “Experimentadísimo” Secretario Técnico que desempeñó su labor en varios de los mejores clubes del mundo. Vergonzoso en sus formas y maneras como en sus hechos. Él es el culpable de que el tercer culpable esté en el equipo al convencer al bocazas de su Presidente. Los habituales del mundillo del fútbol se han echado las manos a la cabeza con las maneras negociadoras de éste individuo, nunca más héroe de la séptima, y sobre todo por los precios pagados por “contrastados” jugadores tanto jóvenes como veteranos. Una verdadera desgracia y un verdadero caradura del que sabremos si también se ha llenado los bolsillos a espuertas. Cosa que tampoco me extrañaría.
Tercero, el caradura de Capello. Podría ser el menos culpable ya que al fin y al cabo a él le han llamado y se ha venido. El problema es que no tuvo lo que debe tener un hombre entre las piernas y se rajó a principio de temporada. Cuando ha sentido la llamada de la testosterona era tarde. Y encima ha actuado mal. Lo del juego con éste individuo ya se sabía que no iba a haber, pero la falta de recursos es más que preocupante en una de las figuras, manda huevos, de los banquillos.
Así que entre este trío calaveras han desquiciado a la entidad y la han dejado en la UCI con encefalograma plano. ¡DIMISIÓN URGENTE DEL TRIO, por favor!
Y un recadito para los impresentables de Marca y en especial al Sr. Saucedo. Ya fueron ustedes unos mentirosos la pasada vez que estuvo Capello. Decir ahora que es la única solución a pesar de todo es más que una vergüenza. Se han ganado otros cinco años sin volver a leer su tendencioso panfleto. ¿Qué le debe a Capello, Sr. Saucedo?
