APUNTES DE MÉXICO

TENSAR LA CUERDA

Regresó la F1 a México. Y lo hizo con éxito de público, error, habitual, de Pirelli y con el ya campeón de este año tensando la cuerda. Felizmente para el equipo y tristemente para los presentes, Hamilton se plegó a la orden del equipo.

Transcurría la vuelta 46 cuando en Mercedes llamaban a boxes a Nico Rosberg. La ventaja que tenía el alemán, y su compañero inglés, era tal en ese punto de la carrera que podían realizar un parada de seguridad. Un cambio de gomas extra. En un GP en el que los coches alemanes volvieron a humillar sin remisión al resto de rivales.

Había dominado hasta ese momento todo el fin de semana Nico. Con el sabor especial que tiene siempre estrenar un trazado o circuito completo, la vuelta de México al mundial fue un éxito rotundo de público. Como pasara con Sochi el año pasado, Pirelli, en su mundo, volvió a pecar de excesivamente cautelosa y no eligió los juegos de gomas más adecuados para el nuevo trazado y asfalto mexicanos.

Los libres, con agua a ratos y la pista húmeda, fueron un festival de derrapajes controlados y de problemas para la mayoría de los pilotos. Para la Q de nuevo la amenaza, cayeron algunas gotas, y la temperatura de la pista baja que generaba un graining tremendo en las gomas traseras. El graining en los neumáticos delanteros se puede manejar e incluso curar. Pero en los traseros no se puede paliar y llega un momento que hace el monoplaza inconducible. Rosberg no dio opción a Hamilton, algo fallón, y se llevó la pole. Para conseguir sus mejores tiempos la mayoría de los pilotos sacaron dos vueltas a sus neumáticos blandos siendo la segunda la rápida.

Nico había estado todo el fin de semana con el semblante, o bien de enfado, o bien de concentración. Había ido batiendo a Hamilton. El próximo duelo era la primera curva del GP. Curva a la que se llega tras una recta larguísima. Salieron bien ambos, Hamilton intentó coger el rebufo pero Nico se posicionó en el centro de la pista y un poco por el interior para no dar opción a Hamilton. A esperar al siguiente asalto. La parada en boxes.

CALOR

Pero el domingo la mayoría de equipos se encontraban ante un escenario desconocido. La pista superaba en 20º la temperatura más alta del fin de semana. Quebradero de cabeza añadido a los que habían sufrido hasta ahora. Igual que el aire poco denso de Ciudad de México ayudaba a coger puntas altas, 364 se midió a Massa, igualmente no ayudaba en la refrigeración de frenos y motores y, tampoco, generaba apoyo aerodinámico por mucha incidencia de ala que se pusiera. Para rematar, limitaba mucho la eficacia del DRS. Lo que unido a la elección de gomas de Pirelli nos iba a dejar una carrera muy tensa, de esas que llamamos de muchas maneras. Para gourmets, entendidos o ‘enfermos’. Carrera de más mirar a la pantalla del Live-Timing que a las propias imágenes de la carrera.

Rosberg llevó hasta el límite su relevo, obligando a Hamilton a hacer lo mismo al tener la preferencia el piloto que marca la pole. Las diferencias entre ellos fueron pequeñas. Y cuando Hamilton se sacaba una vuelta especial, Rosberg le recordaba que esa carrera era suya y le respondía convenientemente. La parada del alemán fue perfecta y los ojos se centraron en lo que podría hacer Hamilton con la pista limpia. En su primera igualó a Rosberg. En la segunda perdió tiempo. LLevar al límite las gomas le había funcionado a Nico. Hamilton no tuvo de dónde sacar para intentar pasarle. Había transcurrido un tercio de carrera.

TENSIÓN

En sólo 20 vueltas más, ambos Mercedes tenían ventaja para parar otra vez. En el equipo decidieron que por motivos de seguridad era bueno hacer otra parada. Y llamaron a Rosberg en la vuelta 46. Hasta ese momento Hamilton sólo había podido ir a rebufo de su compañero. No había llegado a incomodarle lo más mínimo. Pero quedaban 25 vueltas por delante y confiaba en poder lanzar un ataque. Vio su oportunidad cuando paró Rosberg. Si él no paraba podría mantenerse por delante hasta meta. Mercedes chequeó las gomas del alemán y éstas tenían aún más de la mitad de la goma. Se podría haber ido con ellas hasta el final. Además, había que añadir la goma que se iba depositando y que ayudaría al rendimiento de las mismas. Rosberg reconoció que le sorprendió la llamada. Estaba cómodo y volver a adaptarse a la situación de unas gomas nuevas simrep implicaba cierto riesgo. Y Mercedes llamó a Hamilton.

El inglés respondió al requerimiento de su equipo pasando de largo. ‘¿Puedo preguntar por qué tengo que parar?’. La pregunta repiqueteó en los cascos de Mercedes. Hamilton decía que se encontraba muy a gusto y que las gomas estaban funcionando de lujo. Por motivos de seguridad le dijeron. Y tras un momento de tensión, los mecánicos se habían quedado con los neumáticos en la mano, fuera de las lonas, mientras Hamilton pasaba de largo, a la siguiente vuelta paraba y perdía, o eso parecía, sus opciones de intentar hacerse con la victoria.

DE MIERDA

Desde luego no fue el GP mexicano uno para recordar en Ferrari. Raikkonen sufrió mil y un problemas para al final no dejar espacio ni opción a Bottas que vio como la rueda trasera del Ferrari del finlandés se subía por encima de su delantera izquierda. La rueda del finlandés de Ferrari no aguantaba el golpe y sí lo hacia la del finlandés de Williams. Sï, puede que Raikkonen tuviera preferencia. Pero debió de dejar espacio.

No le fue mejor a Vettel que tuvo una de esas carreras en las que se empeñó en demostrar que sí, que tiene problemas cuando rueda en tráfico. Cerró a Ricciardo en la primera curva y pinchó. Después, tras remontar un buen puñado de posiciones, cometió un trompo para terminar contra las protecciones. “He pilotado como una mierda, lo siento chicos” . Se echaron de menos algunas imágenes más explícitas de Arrivabene. Sobre todo ahora que parecía que un subcampeonato de Vettel iba a ser más valioso que uno de Alonso. Con Red Bull sin llegar al nivel del año pasado y con WIlliams que no ha dejado de darse tiros en el pie todo el año.

Máxime cuando Mercedes ha puesto la directa, más aún, y no parece muy proclive a dejar ninguna migaja. Pero en cualquier caso, Ferrari is back y demás engañabobos y celebremos podios como victorias y éstas como si fueran campeonatos.

EL RESTO

Del resto destacar a Bottas que, no sólo subió al podio, si no que lo hizo sobreponiéndose a una parada muy temprana. Le negó a Kvyat esa posición tras relanzarse la carrera tras el Ssfety Car que provocó el accidente de Vettel. Pérez hizo un ‘Pérez’ para acabar 8º. Eso sí, detrás de Hulkenberg. Quizá una estrategia más normal, le habría rendido algún rédito más. A la vista de la reacción de la afición, tampoco le hizo falta.

Los Toro Rosso tuvieron problemas graves de temperatura sobre todo en los frenos traseros. Tuvieron ambos, Max y Carlos que lidiar con ellos y poco a poco se fueron en la general.

Y Honda…Terrible lo que declaraba Alonso nada más bajarse en la primera vuelta. Ya sabían que el motor eléctrico estaba roto y que no podrían ir mucho más allá. Sólo salieron por respeto a los aficionados. Bonito detalle que no oculta otro gravísimo problema en el propulsor japonés y que ya pone más que serías dudas en el horizonte.

Tuvo Hamilton su oportunidad tras relanzarse la carrera. Rosberg se coló en la curva 7, el maldito errorcito. Pero esta vez, al contrario que en Austin, Hamilton no pudo aprovecharlo y sería el inglés, con dos errores a renglón seguido el que tendría que rendirse a la evidencia. A pesar de tensar la cuerda, Rosberg estuvo inalcanzable en México. Ahora, si quieren, que mantengan la cuerda tensa para Brasil.

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