Hablando con mis compañeros todos coincidimos que los vuelos ya no van tan a rebosar como antes. Ya sea en viajes a Asia, transoceánicos o un simple vuelo a Barcelona. En éste último y con toda la desfachatez del mundo Iberia, por ejemplo, no tiene ningún escrúpulos en bajarte del avión a la crítica hora y subirte en el siguiente una hora y media después. Los abusos habituales de las líneas aéreas ante las que estamos absolutamente desprotegidos.
Todo esto enlaza con la brutal crisis que tenemos encima y de la que Ecclestone parece no querer darse cuenta. Y no será porque no hay llamadas de auxilio a las que acudir. Enumeremos.
Canadá, Francia y Estados Unidos no estarán el año que viene. Gran Bretaña y Alemania corren serio peligro. Australia y China, aunque lo niegan, siempre dejan caer su delicada situación. Toyota ha decidido no sufragar los gastos de la carrera de Fuji y renuncia a la alternancia que había firmado con Suzuka. Sumado a esto la pérdida de San Marino y Austria en los últimos años. Los problemas de público en Malasia o Bahrein y las intermitencias de Bélgica. Parece complicado ignorar todas éstas señales. Pues Ecclestone lo consigue y no se da por aludido.
Por otra parte está la FIA. Su intento de controlar el gasto de los equipos con un reglamento poco permisivo, que deja poco radio de acción a los fabricantes, y que parece tener un único fin de desembocar en una F1 monomarca. Algo que cláramente entra en contradicción con la propia esencia de la categoría.
LOS EQUIPOS
¿Y que dicen los equipos? Se quejan, se han unido, ¡albricias!, pero al final no dan el paso que hoy por hoy podrían dar. Llegar al punto de decir ¡Vámonos! y dejar a la FIA y a Ecclestone con un par de narices.
Hasta ahora el punto siempre de la discordia era Ferrari. Marca clave y aglutinadora de la tradición y el prestigio de la F1. En los últimos tiempos la casa italiana ha estado al lado de la FIA y de Ecclestone. Ahora su Presidente, Montezemolo, es la cabeza visible de la FOTA (Asociación de Equipos). Donde antes estaba ‘contra’ el resto de equipos, ahora no sólo se alía con ellos, si no que es la cabeza visible en la defensa de sus intereses.
Se puede pensar que la parte débil de la FOTA son los equipos independientes, dependientes de un fabricante. Williams, Force India y los Red Bull-Toro Rosso. Pero si la FIA o Ecclestone consiguieran romper la unidad de la FOTA, no parece muy atractivo lo que se quedarían entre manos. No habría que olvidar que el acuerdo Force-India-McLaren podría haber ganado otro aliado para la FOTA.
ALTERNATIVA
La alternativa no parece tan difícil. Un campeonato con varias carreras en Estados Unidos y Canadá. Protegiendo las citas europeas. Viajando a Japón, China y Australia porque son mercados interesantes. Cobrando mucho menos a los circuitos que la locura que tienen que desembolsar ahora. El dinero generado sería para los equipos. Así dejarían a Ecclestone fuera.
De cara a la FIA es fácil también. Qué quieren los equipos. ¿Una monomarca tipo GP2? o ¿una F1 clásica? Eso por no hablar de los pilotos. El propio Alonso ha dicho que sería hora de pensar en la retirada si la FIA obliga a un motor estandar. Parece claro.
La solución está en sus manos. Tan difícil y tan sencillo como decir adiós a un caduco, Bernie, y un depravado, Max. Y si necesitan consejo se lo pueden pedir al propio Bernie Ecclestone. Lo hizo de cine a principio de los 80. Quizá a los aficionados es lo que habría que preguntarles y no tanto por como mejorar los adelantamientos.
¡VÁMONOS!, pero ya. Ha llegado la hora.