En automovilismo ser bueno no te garantiza nada. El factor fortuna, suerte, como queramos llamarlo, es importante y casi decisivo. Si no eres muy bueno, es una variante que casi no afecta. En ese caso sólo el dinero es lo importante. Pero cuando eres especial, o tienes dinero, o tienes fortuna.
Conozco a Sergio Hernández desde hace varios años. Sobre todo en la etapa Grand Prix. Nunca puso un problema a hacerle una entrevista, probar un coche o a conversar un buen rato. Un buen tipo sin duda.
Buen piloto de karting, siempre destacó donde corrió en monoplazas. Hasta que llegó a la GP2. Al equipo de Campos. Entonces uno de los equipos menos buenos de la parrilla en el que era muy difícil destacar. Pero Sergio lo intentó y algo de fruto sacó. Al año siguiente fue a parar a un equipo incluso más humilde que el de Campos, Durango, y el resultado fue el mismo. Pero no fue suficiente para seguir en la GP2 y con el sueño de la F1 y reencaminó sus pasos a otras disciplinas. En este caso los turismos.
WTCC
Por ahí llegó al Mundial como privado con el equipo Proteam. Finalizó en cuarta posición en 2007 para en 2008 arrasar y llevarse el título.
El éxito le ha llevado al equipo BMW Italy-Spain donde va a sustituir a Félix Porteíro. Sergio tiene ante sí el reto de ayudar a la marca bávara a recuperar el cetro ganado por SEAT y superar lo conseguido por Félix. Dos victorias y siete podios en dos temporadas.
OTRO CAMINO
Como en su día demostraron Antonio García o el propio Porteiro, hay más vida aparte de la F1. Sergio ha subido otro escalón y seguro que demostrará lo que lleva dentro. Que es mucho.
¡Felicidades Sergio!
