Todas las señales apuntaban a ello. Muchos integrantes del Circo pensaban que no sería bueno otro escándalo en forma de sanción ejemplar. Y así ha sido.
En otra lamentable decisión, el Consejo Mundial de la FIA ha decidido castigar pero perdonar. Amagar pero no dar. Resumiendo. Hacer un paripé desvergonzado, indigno de cualquier institución que tenga que juzgar, a la vista de los hechos, y volverse a reir de todo el automovilismo mundial. Algo que ya estarán celebrando los muy desgraciados con sus yeguas y potros a conveniencia y que pagamos todos los que formamos dicho automovilismo.
Nadie quiere un escándalo. Yo el primero. Pero McLaren y Lewis ‘El Mentiroso’ Hamilton lo han buscado con ahínco. Hasta tres veces le llegó a mentir a los Comisarios el impresentable del Campeón del Mundo. Eso no es que se haya dejado influenciar, dando muestras de una debilidad de espíritu y de una bajeza moral infumable, es que ha mentido a conciencia como ha hecho otras veces. Simplemente por su mal entendida ambición de victoria y el vale todo que tan bien le inculcó Ron Dennis.
Causa naúseas que Mclaren diga que el equipo ha cambiado, que se ha despedido a Ryan, no el soldado, y que Dennis ha dejado el equipo a todos los efectos. ¿Y ‘El Mentiroso’ qué? Porque él ha mentido tanto o más que Dave Ryan. De nuevo el cinismo, la hipocresía y el tomarnos a todos por imbéciles. Si hubieran despedido a ‘El Mentiroso’, otro gallo cantaría. Pero al final tenemos al misma deposición con otro Jefe.
La F1 estará contenta pero ha aumentado un grado el nivel de descomposición y el hedor que la rodea.
