Me preguntaba cómo sería ganarla. Y la ganamos. Sufrimos, nos pegaron como a perros, pero dio igual. No se podía escapar y no se escapó. Superamos un arbitraje deleznable que permitió la violencia pura y dura. Pero un grupo de chavales humildes, con trabajo y disfrutando del fútbol no olvidaron traerse la copa.