Los primeros ídolos de las carreras que tuve fueron Sandro Munari y Niki Lauda. A Sandro, ‘Il Drago’ siempre le tuve idealizado por ser el mejor entonces a bordo de la máquina más bella jamás concebida por el hombre, el Lancia Stratos.
Mientras ojeaba las revistas que mis tíos, y sus amigos, tenían por doquier me convertí en un adicto sin cura a esto de los motores y las carreras. Si encima te llevaban a ver los rallyes de entonces, principio y mediados de los 70, en volandas y te quedabas ciego siguiendo en la noche hipnotizado las parrillas de faros de los Stratos, Porsche, Seat, Alpine etc… las secuelas se entienden graves y duraderas.
Pero también aparecían en aquellas revistas unos coches de colores, afilados, de enormes neumáticos y alerones como aviones. Cuando ojeba revistas más antiguas veía que esos coches eran muy distintos. Pero no es ese el caso.
LAUDA
Por entonces, 1974, respecto a la F1 me gustaba Lauda. Vaya usted a saber por qué, al fin y al cabo no recordaba en ese momento haber visto una sola carrera y ese tal Lauda no había ganado ningún GP. Pero ese año le vi en directo en nuestro querido Jarama, ese al que la estupidez y abuso de cuatro listos despreciables quieren cerrar, y se convirtió en mi preferido para siempre. Cuando leía las crónicas de aquella carrera descubrí que había sido su primera victoria. Y en un Ferrari. Qué cosas.
Lauda ganando su primer GP en un abarrotado Circuito del Jarama
El caso es que Lauda, tres veces Campeón del Mundo, siempre fue genio y figura. Dos años después recuerdo que me acosté con mi ídolo muerto y por la mañana había resucitado cual ‘ave fénix’, eso leí en algún sitio y me abalancé a por la enciclopedia de mi abuelo para saber que era ese pájaro.
Ese genio y figura le valió para tener una lengua afilada. Ser un playboy de campeonato y una vez llegado a una edad senil, como ahora, soltar unos exabruptos para colgarlo o dejar perlas de su cosecha que ríase usted de las que salen de Bahrein.
Genio y figura
SCHUMACHER
Y todo esto viene a colación de la campaña de linchamiento público a la que se ha visto enfrentado un tal Michael Schumacher.
El’Kaiser’, del que tengo que decir no es santo de mi devoción, siempre fue un piloto sin reglas, salvo que al contrario de cierto mentiroso tonto sólo lo era en la pista. Cierto es que tenía a Jean Todt para hacerle ese trabajo sucio. Pero el comportamiento del alemán, aun como maestro del tonto mentiroso, fuera de la pista fue y sigue siendo infinitamente más ejemplar que el del especimen británico.
A Michael Schumacher le han linchado por tomar la decisión de montar los neumáticos extremos en el coche de Kimi Raikkonen, algo que se tornó erroneo y que le costó la opción de puntuar al piloto finlandés.
Se podrían desempolvar viejas teorías conspiratorias por llamarlas de alguna manera. Que si la predilección de Michael por Massa. Que si Raikkonen no le traga y no está a gusto con Schumacher pululando. En fin. Simplemente se enumeran.
El ‘Kaiser’ en el muro malayo de Ferrari.
El problema es que Michael está como consultor. Puesto muy cómodo. Tu aconsejas pero el que toma la decisión es otro. Con lo cual siempre puede arriesgar más. Creo que a todos nos ha pasado alguna vez. No es lo mismo sugerir algo que tener que tomar tú la decisión.
Y ante la campaña en contra de Schumacher, Niki Lauda, que nunca escondió su admiración por el alemán, ha salido y ha soltado una de sus perlas en la que, además, tiene más razón que un santo.
“Si yo fuera Ferrari, podría a Schumacher en el muro y no a mitad de camino. Él tomaría las decisiones cien veces mejor que algunos ingenieros”
La táctica de carrera de Schumacher nunca estuvo en duda, todo lo contrario, y algunas decisiones que le valieron victorias resonantes lo fueron en gran parte a su disección de los GP.
Que tomen nota en Maranello. Mandan los italianos. Eso históricamente está profusamente documentado que es fuente de intrigas, problemas y descomposición. Tener a uno de los mejores como consultor es un desperdicio. Auque si luego le usas como pim-pan-pum le terminas sacando utilidad. Eso es Ferrari hoy en día.
Lauda, genio y figura y Schumacher de consultor.
P.D. Para tranquilidad de algunos no estoy bajo los efecto del Síndrome de Estocolmo. Sólo en unas plácidas vacaciones haciendo lo que más me gusta. Leer de carreras y escribir mucho.
P.D. 2.- El Genio y Figura de Lauda ha sido padre otra vez.