UN PUÑADO DE BLANDOS
La decisión de Ricciardo el sábado de salvar un juego de blandos, le supuso poner la guinda a una carrera picante. Carrera que pudo terminar con los dos aspirantes al título virtualmente empatados en su lucha por el entorchado. Pero que acabó empatada a errores y que dejó a Hamilton un poco más líder.