
Hace 70 años el más grande corría su última carrera. Esta es una historia que mezcla santos, escorpiones, conejos, tortugas, dictadores, pioneros y el corazón indomable de él.


Ferrari, Collins, Hawthorn, Musso, De Portago y Castellotti.
En la edición de 1955 en Le Mans, se produjo el accidente más trágico de la historia del automovilismo. Aquello removió conciencias, se empezaron a mejorar los circuitos, pero quedaba mucho por hacer. Dos años después todos esos sentimientos volvieron a aflorar de golpe tras un accidente en un pueblo, casi perdido, en la Lombardía italiana: Guidizzolo.

UN TALENTO NATURAL
Alfonso de Portago fue el primer español que subió a un podio de la F1 y el primer y único, hasta la llegada de Fernando Alonso, que se ha subido a un Ferrari en un GP. Aristócrata, cosmopolita, deportista y sobre todo temerario. Su historial automovilístico abarca poco más de 40 meses. Los suficientes para dejar una huella indeleble en la competición y en sus rivales. Huella, sin embargo, casi desconocida en España.