La tregua entre la FIA y la FOTA ha saltado por los aires. Ante la avalancha de peticiones de equipos de medio pelo que han llegado a la FIA para inscribirse en el próximo campeonato de F1, Max Mosley se ve respaldado para comenzar su particular, como buen simpatizante nazi’, Operación Barbarroja contra la FOTA. ‘Que vayan preparando su campeonato que yo no voy a cambiar’.
Más claro, agua. Incluso podría llegar al colmo de la locura y la chulería y aceptar la inscripción de todos los equipos excepto los de la FOTA rizando el rizo.
Lo que no ve, como no vio en su día su ídolo Hitler, es que los aliados que tiene son muy flojitos. Tanto como los cuerpos de los ejercitos rumano, húngaro e italiano que mientras la ofensiva contra los rusos fue bien lo bordaron. Pero cuando todo empezó a torcerse empezaron a hacer agua y a huir como ratas. Mosley sabrá si la solvencia de muchos de los equipos que se han inscrito es adecuada. Porque desfilar antes de partir al frente es muy bonito y vistoso y lo hace cualquiera. Pero cuando llega el fuego de verdad la cosa cambia y es muy fácil cantar la gallina en masa.
A Mosley, más chulo que un ocho, le da todo igual y ha decidido dar un paso al frente de nuevo en actitud beligerante. Más palomitas por favor.