AL REVÉS
HAMLET.- Mi destino me llama, y hace que cada fibra de mi cuerpo sea tan vigorosa como la fuerza del león de Nemea. Aún me llama. Suéltenme caballeros. ¡Por los cielos, que mataré al que trate de detenerme! ¡Ya lo dije, a un lado! Vamos; lo seguiré.
HORACIO.- Su exaltada imaginación lo pierde.
MARCELO.- Sigámoslo. Pues en esto no debemos obedecerlo.
HORACIO.- Vamos detrás de él. ¿Qué resultará de este suceso?
MARCELO.- Algo huele a podrido en Dinamarca.
HORACIO.- Que los cielos lo iluminen.
MARCELO.- No, sigámoslo. (Salen).
(más…)