Ayer conocimos el ¿fallo? del Consejo Mundial de la FIA al respecto del caso de espionaje que nos ha mantenido entretenidos e inquietos las últimas fechas. Todavía no salgo de mi asombro. Las finanzas de la FIA van bien, muy bien.
Los datos técnicos son los siguientes. Se reconoce la culpabilidad de un equipo, McLaren (a partir de ahora McHamilton), pero no se le castiga. Culpable de tener un legajo de 780 páginas pero sin poder demostrar que se haya usado.
Sin embargo no entiendo como escapa McHamilton a una buena sanción económica. Las propias reglas de la FIA hacen responsable a cada equipo de los actos de sus empleados. Quizá no esté claro como llegó a manos de Coughlan el legajo ‘rosso’ y si realmente lo usó en McHamilton o, como supimos hace tiempo, lo intentó usar de aval o salvoconducto para fichar por Honda.
La verdad es que la situación es difícil. Como bien dice Karnaplosky(Sergio), no dejéis de visitar su fenomenal página www.paranerdos.com , es como llegar a casa, encontrar a la contraria y a un maromo fumándose un cigarrito en pelotas en la cama y, como no les has pillado con el guisopo en la cueva propia, no poder tomar las medidas adecuadas con el puto rufian.
Así es esto. La verdad es que si no hay pruebas no se debe sancionar. Hasta ahí me parece correcto. Pero alguna responsabilidad tendrá McHamilton. Por tener de empleado a un caradura, por no haber denunciado el hecho inmediatamente, aunque ellos dicen que en cuanto lo supieron le pusieron de patitas en la calle, o por vaya usted a saber qué.
Lo triste es que ese pirata filibustero, mecánico venido a más, como buen hijo de la Gran Bretaña ladrona se permite el lujo de sacar pecho como un pavo real. Más le convendría tener muchísimo cuidado a partir de ahora y poner a trabajar a su gente con más empeño si cabe. La FIA no hace nada gratis y el desaire a Ferrari tendrá su precio, sin duda. Y que no olvide que cualquier desliz le puede costar que le manden a galeras, este año y el que viene. Eso libraría a Fernando del hediondo yugo inglés al que voluntariamente se arrojó. Aunque quizá el yugo cambie de dueño y pase a ser un confortable collar alemán.
Hablando de Ferrari. Destacar su elegante silencio en los días previos y su desairada respuesta pero muy medida. Ferrari sabe que tiene un cáncer en casa muy gordo que tiene que localizar y extirpar. Que no es lo mismo robar información que recibirla en casa por un mensajero. Al final la culpa será de M. Schumacher por retirarse. Si no lo hubiera hecho, Brawn seguiría en el muro y Stepney, otra rata pirata inglesa, seguiría cuidando de los mecánicos del coche de Michael.
Bromas aparte, el principal beneficiado de todo esto es el campeonato más reñido de los últimos años. No creo, al menos en el coche de éste año, que las soluciones de Ferrari hayan podido ser aplicadas al McHamilton. Por lo que no creo que esta temporada esté viciada ni muchísimo menos. Cada uno está en su posición por méritos o deméritos propios. Por tanto, la F1 se ha encontrado libre de un problema que podría haber sido casi mortal para la competición. Y todo sigue de manera envidiable, pleno de emoción y lucha de cara a la segunda mitad de campeonato.
Y en medio de todo esto está Ecclestone. Las finanzas de la FIA van bien, ¿verdad Bernie?