Archive for Junio, 2015

CAN-AM

Martes, Junio 9th, 2015
Las 4 estaciones
Pocos campeonatos cautivaron a pilotos, fabricantes y aficionados como la Can-Am. Fue un campeonato basado en la más absoluta y razonable locura. En nueve temporadas pasó por todas las estaciones.
Imaginad una categoría más rápida que la Indy, que la F1. Practicamente a la par de los prototipos de Le Mans, si no más. Imaginad motores con más de 1.000 cv, y, casi en algunos casos, 1.500 cv para la ‘qualy’. Imaginad motores enormes, con turbo, con ocho cilindros(Chevrolet fue el Rey en esos años), con doce. Imaginad, dentro de una base de barquetas, diseños diferentes y soluciones imaginativas, sin restricción. Y ahora subid a esas máquinas a lo más granado de las competiciones internacionales. Tanto de la F1 como Sport Cars, Indy, NASCAR etc. Y para terminar, la involucración de fabricantes importantes en los diseños de las bestias.
GRUPO 7
En los años 60 en los reglamentos de la FIA existía el Grupo 7. Esta categoría se introdujo para vehículos deportivos (sports cars) especiales sin homologación. En Europa era relativamente popular en las islas y en subidas. Practicamente no había limitación. Los motores eran libres tanto en cubicaje y disposición. A nivel aerodinámico no había ninguna restricción. Se decía que con que el vehículo tuviera una carrocería que cubriera las ruedas, fuera un biplaza y cumpliera las normas de seguridad básicas, ya se le consideraba legal.
En Estados Unidos decidieron adoptar la norma FIA del Grupo 7 para alumbrar un campeonato que sería el más deseado por público, marcas y pilotos.
OTOÑO
Nació en otoño y para correrse en otoño. Al amparo, entre otras cosas, de la finalización de la temporada de F1 en norteamérica. La primavera del mismo fue corta. En 1966 el campeonato constó de 6 pruebas, 2 en Canadá y 4 en Estados Unidos y desde el primer momento fue un éxito en todos los aspectos. Un auténtico ‘boom’. Año a año la asitencia a los circuitos y el número de participantes aumentaba y llegó a su verano aumentando el número de carreras de 6 a 11 en 1969.
FALACIAS
Cuando se demanda en la F1 los adelantamientos, no puedo por menos que dibujar una sonrisa socarrona. La falacia de los adelantamientos en las carreras de coches es tremenda. Los malo es que ha conseguido hacer mella en mucha gente gracias a tanto ignorante que la ha gritado a los cuatro vientos. La Can-Am sedujo a los aficionados con ‘pepinos’ indecentes. Bestias pardas de 1.000 cv, sin limitación, con grandes alerones, algunos, o formas agresivas. Pero sobre todo con unos motores que te hacían temblar de arriba a abajo. Si estabas cerca de la pista podías sentir las vibraciones desde tus pies. Con pilotos a los que veían dominar a sus máquinas, controlar sus reacciones y llevarlos al límite. Ni adelantamientos, que alguno había lógicamente, ni gaítas. La inmensa mayoría de las carreras habrían pasado por aburridas en esta época.
THE BRUCE AND DENNY SHOW
Para que nos hagamos una idea. El primer campeón lo era en la F1. John Surtees al volante de un Lola. Ganó la mitad de las carreras disputadas con Mark Donohue (Lola), Phil Hill(Chaparral) y Dan Gurney(Lola)-todos F1- repartiéndose el resto de carreras.
Ya andaba por allí el equipo McLaren con su fundador Bruce a la cabeza. McLaren sería el dominador absoluto durante los años de despegue y mayor éxito de la categoría. Ganaron los cinco campeonatos siguientes con estos números entre 1967 y 1972. Treinta y nueve victorias de cincuenta y un carreras (si obviamos 1972 en la que ya casi no se dedicaron recursos serían 37 de 42). Mención especial para el año 1969 en el que ganaron las 11 pruebas disputadas. En esos años, Denny Hulme y Bruce McLaren ganaron 2 títulos cada uno, alternándose, y en 1971 sería Peter Revson el que cerraría el quinquenio mágico de McLaren. La lucha entre los neozelandeses se bautizó como ‘The Denny and Bruce Show’. El propio Hulme dijo que prefería la Can-Am, fue campeón en ambas categorías, a la F1. Dijo que era más rápida, más dura y le producía más satisfacciones que la categoría reína.
INVIERNO
La Can-Am empezó a cambiar en 1970. Antes de que empezará la temporada, y haciendo un test sobre el coche con el que correría él y Hulme, Bruce McLaren se mataba en Goodwood. Un anclaje del capó trasero cedía, o no estaba bien apretado, y aquel salía volando dejando sin control al coche que fue a estrellarse contra un puesto de comisarios. Días después entrenando para la primera cita en Mosport, se mataba Dick Brown. Era un piloto amateur que tras varios años corriendo el campeonato había decidido comprar un coche, un McLaren del 68, prepararlo y correr por su cuenta. El reclamo del millón de dólares en premios que iba a repartir era dificilmente ignorable.
Las innovaciones fueron restringidas. Los alerones altos fueron prohibidos. Chaparral, que usaba ese alerón como freno y lo que ahora sería el DRS fue de las marcas más castigadas. Un año después le prohibieron el succionador. El coche tenía una trasera casi hermética, gracias a unas faldillas de lexan que sobresalían de los laterales. En esa trasera iban instalados dos motores. El Chevy de 8 litros y un motor pequeño de motonieve. Éste iba conectado a dos ventiladores que extraían el aire haciendo efecto ventosa. Fueron los precursores de las faldillas en la F1. Jim Hall, el mago de estos inventos se cansó y se marchó. McLaren, golpeada por la muerte de su fundador reencontró en la F1 su camino y la dejó como equipo oficial. La llegada de Porsche con sus motores turbo, construyó un 917 Turbo ex-profeso, demolió a la oposición logrando números muy parecidos a los de McLaren. Los pilotos amateur desistieron al no tener la más mínima oportunidad con sus motores atmosféricos ante el acorazado alemán. Las restricciones trajeron el frío y la crisis del petroleo obligó a introducir normas de consumo. El último gran dominador, Porsche, veía como sus motores turboalimentados eran prohibidos. 1974 sería el último año de la Can-Am como gran campeonato. Pero ese año el frío ya había hecho sus estragos y entró en hibernación. Nunca volvió a alcanzar las cotas de ingenio, desarrollo y bendita locura que tuvo durante nueve años. Muchos analistas coinciden en que no fue Porsche, o no sólo la marca alemana y su monstruo, quién mató al campeonato. Si no se hubiera empezado a regular, pronto los circuitos se habrían visto superados por las prestaciones de los vehículos y el peligro de perder vidas habría sido altísimo. Se habían empezado a usar materiales de la industria aeroespacial como el titanio. Los costes se dispararon y ciertos modelos no eran asequibles a los pilotos privados. El Porsche fue uno más en el éxito que llevó a la muerte a al Can-Am.
Nueve años que sirvieron para que el campeonato pasara por las 4 estaciones. El otoño cuando nació que dio paso a una primavera explosiva y un largo verano que, casi abruptamente, pasó a un crudo invierno que acabó practicamente con su vida. Qué cuatro estaciones para la historia del automovilismo.

LAS CUATRO ESTACIONES

Pocas competiciones cautivaron a pilotos, fabricantes y aficionados como la Can-Am. Fue un campeonato basado en la más absoluta y razonable locura. En nueve temporadas pasó por todas las estaciones.

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APUNTES DE CANADÁ

Lunes, Junio 8th, 2015
PROYECTO
Fernando Alonso no se cansa de recordar que está embarcado en un proyecto, el de McLaren-Honda, que puede permitirle ser campeón del mundo otra vez. Algo que, no sólo él, está convencido que no podrá lograr en otro equipo salvo en Mercedes.
Alonso lo reitera mucho y otros nos hacemos eco de esas declaraciones e intenciones. Pero parece que mucha gente no quiere verlo. No es menos cierto que cuando se iba apuntando una mejoría de GP en GP, y aun previendo que Canadá sería complicado, la caída en el circuito norteamericano ha sido durísima.
Faltó, salvo las primeras vueltas, un coche que se mantuviera con el resto. Incapaz de luchar con la velocidad punta de sus rivales, fue fácil presa para ellos. No es de extrañar la desobediencia de Alonso a las instrucciones de su equipo de ahorrar combustible. ¿Para qué?, pensaría. De hecho ambos coches acabaron antes de tiempo la carrera. A pesar de los tokens de fiabilidad instalados.
Austria está en el horizonte como una gran amenaza y Gran Bretaña como la gran esperanza. Un chasis practicamente nuevo, morro corto, mejoras. Pero la clave es el motor. Si no tira, si no empuja, no hay nada que hacer. Y en esas están. Cierto es que sin mucho éxito de momento los compañeros japoneses.
GOMAS
Tras quedar bastante claro que el incidente de Mónaco fue en gran parte su culpa, Hamilton, a pesar de todo, recibió su compensación en Canadá. La indignidad de Pirelli y sus, deben ser inexistentes, estándares de calidad hace que haya juegos de gomas defectuosos. Lamentable.
Hasta aquí, vale. Los equipos, no obstante, tienen la capacidad de detectar esos juegos ‘malos’. Por eso cuando no sólo a Rosberg le montan un juego defectuoso en la qualy, que obliga al alemán a cambiar los reglajes del coche, si no que no le dicen nada al respecto, la negligencia es manifiesta. Si ha sido adrede para devolver nada que había que devolver a Hamilton, apaga y vámonos.
INTRATABLE
Y eso que el británico estuvo intratable y no parece que Rosberg le hubiera plantado cara tampoco el sábado como no pudo el domingo. Derrotado de pe a pa, Nico no encontró resquicio para poner en apuros a su compañero y rival, que dio la sensación de jugar al ratón y al gato con él. No he dudado en ningún momento del campeonato que Hamilton y Mercedes iban a arrasar de manera irredenta. Sigo manteniendo que están con el ‘freno’ echado. Que no están desvelando ese potencial brutal que tienen. Y aunque sobre Hamilton si me entró alguna duda sobre cómo podría afectarle lo de Mónaco, en Canadá ha dejado claro que va a seguir con el rodillo.
RESURRECCIÓN
Williams volvió a podio en Canadá. La línea, engañosa, que llevaban esta temporada no parecía que les fuera a dar demasiadas opciones. Pero, veremos si por un día, los Williams fueron más los de 2014 que los de 2015 y Bottas se encaramó en el podio del que no se había bajado Ferrari todavía, recogiendo las migajas que deja Mercedes.
En cualquier caso, Williams está en tercera posición en el campeonato de constructores a pesar de que la sensación, respecto al año pasado, es de que están mucho peor. Por supuesto que la cafrada de Vettel adelantando con bandera roja, ¿para cuando uans sanciones acordes a las infracciones?, ayudó a quitarse un rival, al menos, de los habituales de arriba, pero no es menos cierto que dieron otra sensación y, sobre todo Bottas, estuvo arriba en casi todo momento del finde.
EL RESTO
Respecto al resto de equipos, los no Mercedes, un auténtico calvario. Las rectas de Canadá dejaron muchas verguenzas al aire en los equipos con motor Renault que no pudieron hacer más que luchar entre ellos. Pero hasta para eso el GP fue relativamente soso. Faltó mucho del picante habitual en Canadá y eso no es bueno.
Además urge una reflexión urgente sobre las normas. Sigo pensando que son buenas en base pero que hay que seguir puliendo muchas cosas. Estamos cerca del verano y cualquier decisión sobre ellas tiene que llegar ya. Está claro que los pilotos no pueden estar corriendo y controlando el consumo. Hay que racionalizar todo eso. Intentar que, dentro del ahorro espectacular que se ha conseguido y sin renunciar a él, se ponga una cifra algo más razonable e ir ajustándola con el tiempo. Quizá de entrada ha sido demasiado y hasta la todopoderosa Mercedes a veces indica que tienen problema con el mismo.
Sí, por una vez salió un GP sosito y encima en Canadá. La atención, y la presión, debe de bascular estas dos semanas en buscar soluciones urgentes a los problemasmás acuciantes. Consumo, motores, coches cliente. Y en la manera de implementarlo. Proyecto, vamos.
Como proyecto y previsión debió tener Vettel para con un coche más que superior, intentar pasar a Fernando fuera de las rectas del trazado montrealino. Si cafrada fue lo del sábado, no muy inteligente fue lo del domingo. Porque hasta para adelantar, hay que tener un proyecto.

PROYECTO

Fernando Alonso no se cansa de recordar que está embarcado en un proyecto, el de McLaren-Honda, que puede permitirle ser campeón del mundo otra vez. Algo que, no sólo él, está convencido que no podrá lograr en otro equipo salvo en Mercedes.

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ÁNGELES

Viernes, Junio 5th, 2015
Los equipos de rescate rápido son vitales en las competiciones automovilísticas. Su protagonismo es inigualable, muy a su pesar, en las competiciones americanas.
A bordo de un pick-up enorme los equipos de seguridad de la Indy están atentos a cualquier incidente que ocurra en los circuitos. Tanto en los óvalos como en los ruteros y urbanos, su profesionalidad y experiencia han salvado vidas de pilotos.
Hace un par de GPCAST, cuando hablábamos de las 500 Millas de Indianapolis, Eloy Entrambasaguas nos comentaba que el accidente sufrido por James Hinchliffe el 18 de mayo había sido muy grave. En el impacto contra el muro, una de las piezas de la suspension entró en el habitáculo y se le clavó en las piernas.
Buscando información sobre el accidente, lo primero que te viene a la cabeza es Alex Zanardi. El piloto italiano perdió el control de su monoplaza, entonces era la CART, en el carril de aceleración del óvalo de Lausitzring. Su coche empezó a cruzar la pista sin control. Patrick Carpentier le pudo esquivar, pero Alex Tagliani no. El impacto fue demoledor, 320 km/h en águlo practicamente recto. El monocasco se partió en dos y las piernas de Zanardi quedaron seccionadas por encima de la rodilla. El equipo de rescate llegó inmediatamente y se encontraron un panorama crítico. Con dos arneses practicaron un torniquete en las piernas del italiano y procedieron a sacarle del coche siguiendo el protocolo, el impacto recordemos que fue extremo, y en la misma pista lograron estabilizarle.
CODE 5
Zanardi salvó su vida e incluso recuperó su carrera automovilística, volvió unos años después para completar las 11 vueltas restantes en el momento del accidente y corrió en turismos, y ahora es incluso medallista paralímpico.
Cuando Mike Carey escuchó ‘Code 5′ en la radio de su vehículo, pisó a fondo el acelerador. A su lado Mike Yates, Jefe del equipo, ya se iba preparando para una intervención de urgencia. Según se iban acercando al Dallara de Hinchcliffe su pensamiento era de un impacto muy fuerte. Habría que ser muy cuidadosos con la extracción del piloto. Code 5 implica urgencia y que esa extracción sea lo más rápida posible.
Cuando llegó a la vera izquierda del piloto, éste estaba consciente. Acertaron a entenderle que le dolía la espalda pero tenía tantas muestras de dolor que se les hizo difícil entenderle. Robert comprobó que estaba muy pálido.
No pudieron moverle porque estaba muy anclado al asiento. Metieron los separadores para facilitar la extracción abriendo los laterales del asiento y separarlo así de sus caderas pero no tuvieron éxito. En el segundo intento escucharon como se rompía el monocasco. Rápidamente Yates intentó meter su mano en el habitáculo para buscar que estaba pasando. Cuando logró llegar con su ella debajo de la espalda y el culo de Hinchcliffe notó la sangre. No sabía porqué sangraba pero necesitaban ser rápidos. Los miembros más fuertes del equipo intentaron tirar sacar a James del monoplaza pero no podían. El problema es que no eran capaces de ver lo que ocurría. Que parte de la suspensión le había dejado clavado literalmente al asiento. La solución fue terrible, pero necesaria, para el piloto cuando localizaron y tuvieron claro lo que pasaba. Le avisaron del dolor que iba a sufrir pero no quedaba otra solución. Le deslizaron lateralmente de las caderas y le levantaron consiguiéndole sacar del habitáculo. De hecho una vez que empezaron a ‘desclavarle’ no podían parar ya que la hemorragia podía convertirse en masiva. Le llevaron inmediatamente a la ambulancia mientras controlaban el sangrado y hacían una parada relámpago en el hospital del circuito para recoger al Dr. Pohlman que ya estaba sobre aviso sobre el problema del piloto.
NUEVE DÍAS
El Dr. Pohlman dio las instrucciones precisas en la ambulancia y eso hizo que ganaran un tiempo precioso camino del hospital. Cuando Mike Yates y su equipo abandonaban el hospital de vuelta al mítico óvalo, Hinchcliffe ya estaba en la sala de shock siendo intervenido. Nueve días después abandonaba el hospital.
Una vez más la rápida intervención y la toma de decisiones en momentos críticos de los equipos de seguridad fue decisiva. Están entrenados para ello, tienen la experiencia y los recursos necesarios para enfrentarse a las situaciones que se les presentan. Para James le ha supuesto salvar su vida. Incluso no recuerda apenas el accidente y menos los angustiosos minutos posteriores y su operación de rescate. Mejor así.
Una vez más estos equipos han mostrado su buen hacer. Un piloto sigue con nosotros y podrá, además, volver a correr gracias a las decisiones tomadas por ellos. Sin duda velan por ellos, los pilotos. Son verdaderos ángeles.

Los equipos de rescate rápido son vitales en las competiciones automovilísticas. Su protagonismo es inigualable, muy a su pesar, en las competiciones americanas.

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