Mis Pasiones

Ayer saltó la noticia de la compra del 50% que tenía Gerhard Berger en Toro Rosso por parte de Dietrich Mateschitz, dueño de Red Bull, que ya tenía el otro 50% del equipo, antiguo Minardi.
Escuchando y leyendo a Berger se puede colegir que Mateschitz, al que está golpeando la crisis como a cualquier hijo de vecino, no iba a meter mucho más dinero en el equipo. Sobre todo para que, como ha pasado este año, le gane a su buque insignia.
La sentencia de Berger: “Siempre he ido hacia delante en mi vida y no estoy dispuesto ahora a ir hacia atrás”. Creo que deja claro la situación de Toro Rosso.

VENTA
Hace un año, cuando todavía se movía el dinero, el equipo estaba en venta. Mateschitz quería vender. Hubo intentos de compra, pero todos se encontraron con la misma pared. Gerhard Berger. El austriaco y su 50% fueron un obstáculo insalvable. No sólo porque Gerhard no quería desprenderse de su mitad si no porque no aceptaba dejar su rol en el día a día en el equipo.
La decisión de Berger es lógica. Si se va a encontrar sin financiación mejor dejarlo. Otros pensaran que abandona el barco. Tampoco creo que sea tan radical la decisión. Si te dejan atado de pies y manos…Ha decidido coger el dinero y ‘correr’.
Ahora Mateschitz tiene todos los triunfos en la mano para vender el equipo sin mayores problemas. No hay ‘bicho’ dentro.
En el ínterin no sería de extrañar que los dos pilotos del año que viene paguen su asiento. Y que Toro Rosso se vuelva a hundir en la parrilla.
No creo que pase mucho tiempo hasta que empecemos a oír que hay movimientos alrededor del equipo.
Veremos en qué manos cae. Si es que hay manos para caer.
Vuelven los tiempos, no muy lejanos, de Minardi.