El primero y por encima de todos. Mónaco no puede faltar nunca en el calendario. Lo he remarcado en mi columna del número de Grand Prix, que ya colgaré aquí, y lo reitero. Es necesaria. Por historia, por lo que significa, por la gozada de ver a los pilotos como auténticos funambulistas siempre en el alambre. No por la decadencia y exceso de eso que llaman ‘glamour’ y que no es más que una indecencia y una exageración del insolidario mundo en el que vivimos.
Alonso nunca se rinde. Cometió un error, sí. Heidfeld le dejó una rendija abierta y Alonso intentó terminar de abrir la puerta. Pero como se abrió la rendija, se cerró. Y sus esperanzas quedaron ahí mientras sus ruedas de agua se secaban por la falta del líquido elemento que provocó un comienzo de carrera trepidante.
Quien no arriesga no gana y cuando arriesgas puedes perder. Pero estas cosas pasan en las carreras de toda la vida. Sólo espero que con la nueva reglamentación los coches dejen de ser de la Srta. Pepis y aguanten un poquito más un toquecito de nada que es lo que fue.
Hamilton hizo una gran carrera y la suerte le acompañó. Tanto que cruzó la meta con un pinchazo. La carrera se paró con dos vueltas por completar al cumplirse las dos horas límite. Quede claro que la suerte se busca también. Unas veces te sonríe y otras te saca la lengua.
Es muy extraño lo de Ferrari. Que Massa haga la pole aquí ha sido de las mayores sorpresas en años. Tuvo la carrera en la mano y la perdió. Sin duda que le perjudicó el primer Safety. Pero luego desapareció ayudado por su muro que no reaccionó a los movimientos de Hamilton.
Y Raikkonen. Más raro todavía. No está. Ya estuvo ‘ausente’ en Turquía. Puede ser algún problema personal que le está afectando. No lo sé, pero no es normal.
No quiero pensar que sea el ’síndrome Hakkinen’. Mika se tomo un año sabático para a mitad del mismo anunciar que no volvería a la F1. De éste lánguido finés de pura cepa no me extrañaría nada. Pero sería una gran pérdida para la F1.
Que gran carrera de Robert Kubica. Se mereció que la magia de Mónaco le hubiera concedido un momento de gloria. Quizá en un piloto llamado a hacer grandes cosas, la magia monegasca no haya juzgado tan necesario premiarle por anticipado ya que conseguirá grandes cosas sin duda. Sólo la falta de agua al final de carrera le impidió plantar cara a Hamilton tras el último Safety.
El agua hizo brillar a dos pilotos en especial. Adrian Sutil y Sebastien Vettel. Ambos por distintas razones. El primero porque con el coche más lento de la parrilla llegó a rodar cerca del podio. Cierto es que adelantó con banderas amarillas en el incidente entre Fernando y Heidfeld y es posible que de haber acabado en la 4ª o 5ª posición le hubieran penalizado. Pero de todas maneras, que hubiera estado en los puntos ya habría sido una gran hazaña.
Y Vettel estrenaba coche, se mantuvo alejado de los problemas y sumó unos puntos importantes para Toro Rosso. Ambos han demostrado que con agua son temibles.
Para ir terminado, uno no quiere ser mal pensado. Pero el fallo del volante de Kovalainen en la parrilla, lo siento pero no puedo evitarlo, me huele muy mal. Heikki estuvo presionando, y batiendo en ocasiones, a Hamilton durante el fin de semana. Con el ritmo que tuvo el finlandés en partes de la carrera, la victoria de Hamilton no habría sido tan fácil. Aparte de eso y por una vez, sin que sirva de precedente, en McLaren lo bordaron. Y si encima en Ferrari se empeñan en hacer un “McLaren 2007″, las cosas para Hamilton se ponen muy bien.
Y un último apunte sobre la seguridad que tanto se pone en solfa, los primeros los pilotos, en Mónaco.
Una cosa es que haya muchos incidentes y accidentes y otra cosa es que estos sean peligrosos. Coulthard, Kovalainen y Rosberg pueden atestiguarlo. Sobre todo el alemán que se arrimo un tortazo de órdago sin mayores consecuencias. No quiero recordar el último accidente de Kovalainen. Sólo un aviso para el Subdirector del Circuito de Valencia, Sr. García.
Estuvo hablando en Onda Cero el viernes por la noche y se vanagloriaba de la seguridad de su circuito sobre el de Mónaco. Sr. García, si me lo permite, sea prudente y humilde y aprenda. Aprenda mucho de Mónaco. No todo en la F1 es tener escapatorias. Ojalá que la prueba de Valencia llegue a tener la cuarta parte de importancia que la de Mónaco. Eso ya sería muchísimo.
Ya estoy impaciente porque llegue Mónaco 2009. Y si llueve mejor.
