La importancia de la marca es enorme. Es un signo distintivo que muchas veces está por encima de lo que significa. Dakar, Ferrari o F1 son buenos ejemplos.
Comienza hoy el Dakar. Esa prueba que ni empieza, ni acaba, ni pasa por la capital de Senegal. Sin embargo todo el mundo al oír ese nombre la relaciona, con aventura y con una de las pruebas más difíciles y de mayor desafío que existen. Seguramente si se hubiera seguido corriendo en África, y ante la pusilanimidad de Europa, tendríamos a pilotos degollados. No es una exageración ante la gentuza extremista. Su ubicación en Sudamérica ayuda a que haya mejor inscripción y una mayor facilidad de seguimiento.
Dakar evoca también ese espíritu de competición del país vecino. No hay competición que tenga cierto nivel internacional, en el que los equipos franceses no sean su base más fiel. Suelen ser legión, francesa, y sostienen con su entusiasmo muchas de las competiciones que existen. Luego el honor y la fama se lo llevan los ingleses, que también, pero en fin. También cuestión de marca.
De la marca Ferrari, qué decir. Sinónimo de deportivos de ensueño, de éxito, de lujo. Y a pesar del desastre en la competición, parece que la marca se mantiene. Como Dakar, ni victorias, ni ‘carracos’ en la F1, y muy lejos de su brillo. Pero Ferrari, sigue siendo Ferrari. La marca está grabada a fuego con aquellos otros parámetros que la hacen casi indestructible.
Y la F1. Tope de la tecnología, expresión máxima de la competición, ahí están los mejores. Pero al final, muchas de esas características, por mor de los tiempos, no son así.
Sí es así, no obstante, la lamentable redacción de los reglamentos. Algo que no cambia en la máxima categoría y por la que, faltaría más, nadie se marcha o echan.
Por ejemplo, no hay una fecha explícita para que los constructores homologuen sus propulsores para 2015. Podría parecer lógico que tuviera que ser antes de la primera carrera. Pero no está así estipulado. Por tanto la FIA está muy inclinada a dejar que no se presenten las homologaciones y dejar, así, que los constructores puedan evolucionar los 32 tokens que pueden tocar.
Parece que para Honda, a pesar de que tampoco está estipulada la fecha en la que deben de presentar su honologación, no va a tener ese mismo trato. Para Honda, se aplica el que: “como para los otros fue el 28 de febrero de 2014…” En otra chapuza lamentable y que deberá hacer rodar cabezas.
La situación para Honda es la siguiente. Tiene libertad absoluta hasta el 28 de febrero, de momento, para desarrollar totalmente su propulsor. Mientras Mercedes, Renault y Ferrari pueden tocar casi la mitad de su propulsor. A partir del 28 de febrero, el resto de equipos menos Honda, pueden seguir tocando esa mitad del motor mientras no homologuen una evolución nueva del propulsor. Pero nadie dice que Honda no pueda tocar ese mismo número de partes del motor que sus rivales. Aunque sí hay interpretaciones que coligen que le impediría realizarlas por ser nuevo constructor.
En el peor de los casos, si el resto de equipos homologan muchas evoluciones, les quedaran pocos tokens, partes que pueden ser evolucionadas, de cara a mejorar el resto del año. Así que el panorama para Honda, en el peor de los casos, no es tan malo.
Queda claro que la marca FIA no cambia. Chapuzas, apaños y corruptelas.
Dakar, Ferrari y FIA. Símbolos importantes que sobreviven con a pesar de su fama. Marca.
La importancia de la marca es enorme. Es un signo distintivo que muchas veces está por encima de lo que significa. Dakar, Ferrari o F1 son buenos ejemplos.
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