DIEZ SEGUNDOS
El GP de Italia tardó en decidirse 10 segundos. Los que transcurrieron desde que se apagaron los semáforos y Hamilton comprobó que, hasta Ricciardo le ganaba la posición.
Lewis Hamilton había dominado el fin de semana a placer. Sin respuesta por parte de Nico Rosberg. Con varias décimas en el bolsillo, casi hasta el medio segundo por vuelta, llegaba con una gran pole al momento supremo en la F1. La salida.
Puede que un poco de ansiedad por la presencia de los Ferrari con super-blandos, provocará que Hamilton no hiciera bien la salida. Aunque ni el piloto ni el equipo reportaron nada extraño. Son siete salidas ya en las que un Mercedes ha tenido problemas en la misma. Quizá demasiada potencia sin control. Quizá el Mercedes tiene gran dificultad para detectar el punto dulce del embrague.
Hamilton vio como se clavaba, Rosberg se le iba, Vettel y Raikkonen le pasaban y, hasta ahí era asumible, se le colaba Bottas y en última instancia Ricciardo. Desastre.
Con sólo perdiendo puesto con los Ferrari y con súper blandos en los coches de Maranello, el problema habría sido mucho menor. Al fin y al cabo tendrían que parar antes y su ritmo no debía de ser mucho más lento que el de Rosberg. Pero cuando Hamilton, quemando parte de la goma para poder pasar a Bottas, se quedó detrás de Rosberg tras parar los Ferrari, casi 15 segundos de desventaja firmaban su sentencia a terminar en la 2ª posicíón. Nico había rodado imperialmente esas priemras vueltas, como lo haría las restantes. Controlando a la perfección sus gomas.
Hamilton comprobó como sus gomas, ligeramente maltratadas al rodar detrás de Bottas y pasar fuera de trazada en algunos puntos, estaban en su nivel crítico. Así, su medio segundo de ventaja por vuelta no pudo hacerlo efectivo. De nuevo el gran culpable de que no se vean grandes carreras son los neumáticos.
Lo mismo ocurrió tras cambiar a medias para el último relevo. En esta F1 de mantener las gomas por debajo de una temperatura crítica, rodar al 75% es la norma. Si intentas forzar la goma más de ese límite más de dos vueltas, adios. Vergonzoso es poco. Es lo que hay.
RENDIRSE
Ferrari y Red Bull se rindieron el sábado. Decidieron que no había que ir a por la carrera. Otra cosa no se entiende cuando no intentaron con al menos un coche, pasar a la Q3 con neumáticos blandos.
Este año se había añadido la súper blanda a las opciones de goma habituales, blanda y media. Las elecciones eran partir con blando y terminar con medio parando una vez. La introducción de la súper blanda iba a permitir ir a dos paradas, en uno de los pasos por boxes más largos del campeonato, con algo más de lógica que en años anteriores. Pero, como se demostró el año pasado y luego éste, ventaja de Mercedes aparte, la mejor opción sigue siendo blando-medio. Por eso que ni Red Bull ni Ferrari intentaran meter un coche en Q3 con blandos, y clavar así la estrategia de Mercedes, fue una rendición antes de empezar la batalla.
Viendo la salida, igual más de uno se tiró de los pelos. Si uno de los Ferrari y el Red Bull hubieran ido con blandos, quizá Nico fuera líder otra vez del mundial y, sobre todo, Ferrari, podría haber tenido alguna opción. Quizá ni lo pensaron. Ese duelo particular por la segunda plaza en constructores lo ganó Ferrari subiendo a Vettel al podio. La casa italiana aprovechó su superioridad, y cierta mejora del motor, ante la cita de Singapur dónde, probablemente, Red Bull estará por delante.
Ricciardo fue uno de los protagonistas de la carrera haciendo un adelantamiento magistral. Con problemas para cazar al Williams de Bottas incluso con el DRS, se tiró desde Melbourne para pasarle. En descargo de Bottas hay que decir que Ricciardo, insisto, estaba lejísimos y que su frenada fue maravillosa, perfecta, singular. Fue sin duda uno, si no el momento, de la carrera.
DESTACADOS
Jenson Button, que nos deja junto con Massa al acabar la temporada, hizo un carrerón. Le echaron fuera en la primera vuelta pero adelantó con gran decisión sin perder demasiado tiempo. Le ayudó haber salido con súper blando meintras sus rivales en ese momento de carrera llevaba blandos. Poco más de 10 segundos le separaban de Alonso cuando tocó parar. La todopoderosa McLaren, al menos otrora, sufrió un problema en el semáforo que da la salida al piloto cuando detecta que las gomas han sido colocadas en el coche. Al no cambiar a verde, Alonso se dejó tres segundos de más.
Button rodó muy bien en su segundo relevo, ayudado por hacerlo en solitario y aire limpio mucho tiempo y al final, montando súper blando, pasó a Alonso.
El español, autor de uno de los mensajes de radio del año (fue una carcajada pero muy reveladora), decidió entrar a falta de dos vueltas para divertirse. Y en esa diversión se hizo con la vuelta rápida. Magro consuelo, pero consuelo al fin y al cabo.
Otro destacado fue Grosjean que a punto estuvo de entar en los puntos con un primer relevo larguísimo. Pero no pudo aguantar el ímpetu final de Hulkenberg. Por cierto, unos Force India desdibujados. De Red Bull se esperaba que sufrieran. Pero los Force India debieron estar luchando por entrar en el top-5 y terminaron luchando por entrar en los puntos.
Gutierrez, que dilapidó sus opciones de puntuar en una salida peor aún que la de Hamilton terminó batiendo a Sainz y su Toro Rosso que no termina de ir y que, probablemente no le va a permitir brillar en demasía en lo que queda de temporada.
El campeonato se vuelve casi a poner a cero, dos puntos de ventaja para Hamilton, cuando dejamos atrás el terruño de la F1. Allende los mares esperan nuevas tierras de oportunidades. Rosberg mantiene el campeonato vivo, ese que parecía haber ganado tras un puñado de carreras y que parecía, también, haber perdido hace dos GP. Pero como vimos en la salida de Monza, diez segundos bastan para darle la vuelta a la tortilla.
DIEZ SEGUNDOS
El GP de Italia tardó en decidirse 10 segundos. Los que transcurrieron desde que se apagaron los semáforos y Hamilton comprobó que, hasta Ricciardo le ganaba la posición.
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